San Francisco capea el temporal

San Francisco capea el temporal

La iglesia de San Francisco de Villafranca del Bierzo es lo más parecido que uno se puede encontrar a un libro de historia del arte. Sus paredes y su interior recogen retazos de la evolución de los gustos que la historia de la arquitectura compila en estilos: desde el románico de parte de su fachada principal, al renacentista de su cabecera, del gótico de las capillas al barroco del retablo mayor, por no hablar del artesonado de la nave central, al que se le presupone un origen mudéjar.

Un libro en el que sus históricas páginas sufrían la amenaza de la podredumbre por las humedades que se filtraban a través de sus paredes y techumbre, hasta el punto de que éstas —en forma de goteras recogidas en cubos y baldes— llegaron a discutir el protagonismo del templo en los objetivos de los turistas.

Los trabajos de restauración del templo encargados por la Dirección General de Patrimonio han conseguido localizar las dos principales causas de la existencia de la humedad en el templo. Por un lado, la más que habitual, entrada por filtración de la cubierta, y, en segundo lugar, el mal comportamiento de la cámara bufa (una especie de cámara de aire que, precisamente, debería impedir la entrada de la humedad a los muros al evitar el contacto directo de estos con el terreno).

«La iglesia se localiza en un enclave muy expuesto. En un promontorio sin protección alguna al viento, por lo que es muy importante que las pizarras estén bien ancladas a la base y que tengan suficiente espesor y, por lo tanto, peso», señala el arquitecto encargado de la supervisión del proyecto de restauración, Roberto Pérez.

La solución propuesta, y que ya se ha aplicado a la cubierta de la nave central y se ha comenzado a hacer extensiba a las de las capillas, consiste en la sustitución de la base de clavado. Esto es, la sustitución del tablero hidrófugo al que estaba anclada la pizarra por una cubierta de madera de castaño «al que las fijaciones se adhieren mejor» y ofrecen una mayor resistencia a los ‘golpes del viento’. También se ha apostado por dar una cierta ‘carga aerodinámica’ a las piezas de pizarra, cambiando las anteriores, de formas más angulosas, por otras con vértices redondeados.

La segunda de las actuaciones que se acometen con esta intervención licitada en mas de 340.000 euros, tiene como objetivo eliminar el defectuoso comportamiento de la cámara bufa construida en la rehabilitación de 1970. «Se instaló porque la cota del terreno en la zona sur y este es bastante superior a la de la cota inferior de la iglesia», apunta el arquitecto, quien a continuación señala los motivos del mal funcionamiento. «La iglesia no tiene canalón que recoja el agua, por lo que ésta cae directamente sobre la losa agujereada que cubre la cámara, recibiendo entre 7 y 8 veces más del agua que recibe el resto de la parcela». Una ‘vía de agua’ que provoca humedades en las paredes. La intervención, que hara que San Franciso recupere su brillo antes del verano, también contempla actuar en la zona de la sacristía, donde prolifera la vegetación por el mal funcionamiento del drenaje.

Fuente: www.Diariodeleon.es