El Museo del Prado reivindica al pintor de los ermitaƱos de Villafranca
La exposición estrella del verano. Paul Bril protagoniza la muestra ‘Roma. Naturaleza e Ideal’ que se puede ver hasta septiembre en la pinacoteca madrileña
A veces es necesario tener referencias exteriores para conceder valor a lo que se tiene cerca. Quizá sea útil en este caso. El Museo del Prado ha convertido en protagonista de su exposición estrella de este verano al pintor flamenco Paul Bril. Se trata del autor de la serie de cuadros dedicados a ermitaños que se conserva en Villafranca. Así, reivindica la figura de un artista muy reconocido entre los expertos y, a la vez, el valor de la obra que se puede contemplar en El Bierzo.
Paul Bril (Amberes, 1554-Roma, 1626), es uno de los pintores que vertebran la exposición ‘Roma. Naturaleza e ideal. Paisajes 1600-1650’. La muestra se inauguró el pasado 5 de julio en el Museo del Prado y permanecerá instalada hasta el 25 de septiembre.
El maestro flamenco protagoniza la primera sección de la muestra junto a Annibale Carracci y Adam Elsheimer. Suyas son cuatro de las obras que se exponen. Dos de ellas han sido cedidas para esta ocasión por el Museo del Louvre de París y la Galleria Borghese de Roma.
La exposición del Prado se centra en la evolución de las representaciones del paisaje en el siglo XVII. El Museo concede un papel capital en ella a Paul Bril, que “aportó la creación de variantes como el paisaje marino, pequeñas escenas de género o paisajes con topografía precisa”. Bril “y otros artistas procedentes de Amberes, como Jan Brueghel o Sébastien Vrancx, modernizaron en Roma la tradición de la pintura de Amberes del siglo XVI a través del contacto con el paisaje italiano”, según se puede leer en el dossier sobre la muestra accesible a través de la web de la pinacoteca madrileña.
Son detalles significativos para subrayar el valor de lo que se conserva en El Bierzo. Porque Villafranca alberga la mayor colección de pinturas de Bril. En la localidad se conservan 33 pinturas atribuidos al pintor flamenco y a su grupo de colaboradores, formado por Wenzel Cobergher, Jacob Frankaert y Willem I van Nieulandt. Se trata de paisajes con figuras de ermitaños que se conservan en su mayoría en el convento de La Anunciada. Otros dos están en la iglesia de San Nicolás. Roma, el hilo conductor de la exposición del Prado, fue precisamente el punto de partida de la historia que llevó a los cuadros de los ermitaños a Villafranca. Y el encargado de desentrañarla fue Joan Bosch, doctor en Historia del Arte de la Universidad de Girona. Sus investigaciones le permitieron atribuir a Bril estas obras, que hasta 2008 se consideraban fruto de los pinceles del italiano Giuseppe Serena, un artista de mucha menor relevancia.
Bosch define a Bril como “el mejor y más influyente de los paisajistas flamencos”, tal y como refleja ahora la exposición en el Prado. Y su obra llegó a El Bierzo a través de Pedro de Toledo, marqués de Villafranca. Las investigaciones de Bosch le permitieron encontrar el contrato que en 1601 firmaron en Roma Bril y el marqués por el que este le encargaba 90 cuadros dedicados a ermitaños. El acuerdo establecía el pago de “15 escudos en moneda de plata” por cada obra.
La prueba definitiva que confirmó que los cuadros depositados en Villafranca son de Bril la escondían los propios lienzos. Durante una visita a la localidad, Bosch pudo comprobar que detrás estaban marcadas las iniciales del autor, P.B.
Durante su estancia en Roma, el marqués de Villafranca tomó contacto con algunos de los artistas más destacados de la época. A través de esas relaciones, trajo a su tierra destacadas obras, entre ellas las de Paul Bril y sus colaboradores.
Ahora, el Ayuntamiento de la localidad quiere subrayar al máximo el valor de este legado artístico. La muestra que se está desarrollando en el Museo del Prado es una excelente constatación del valor de lo que conserva el convento de La Anunciada.